La obesidad ha sido tratada como causa de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, endocrinas y múltiples estudios han estado destinados a reconocer los riesgos, la predisposición y los factores de protección, involucrando aspectos que van desde lo genético hasta lo ambiental. Desde este paradigma se realizaron campañas de nutrición saludable, ejercicios y prevenciones desde edad temprana en jardines de preescolares, colegios y población general.
Desde esta perspectiva algo no estaría funcionando bien en los sistemas de regulación emocional en el momento de comer, presentándose inestabilidad en los mecanismos psíquicos de autorregulación o regulación emocional.
Es importante destacar que la relación con la comida es un proceso de conocer y gestionar las emociones, identificar pensamientos para lograr una alimentación consciente y así sostener hábitos saludables.
La alimentación es mucho más que nutrirse, es una fuente de satisfacción y de relación con uno mismo. Por lo tanto, en esta nota vamos a hacer hincapié en desarrollar conceptos sobre el cuidado personal como base de la motivación, voluntad y confianza a la hora comer.
Consideramos que las emociones son inherentes al ser humano, puede suceder que por momentos evitamos sentirlas, negarlas, porque nos resultan desagradables o muy movilizantes. Estas emociones sean positivas o no, vienen a darnos un mensaje sobre nosotros mismos, vienen a darnos información acerca de lo que nos pasa.
Si le damos lugar prestando atención a ese mensaje (emitido por las emociones) y a esa información, vamos a poder sacar provecho de ello y así tomar decisiones más conscientes sobre nosotros mismos, siempre es bueno identificarlas y no negarlas, poder escuchar nuestro mundo interno.
La aceptación de estas emociones nos permite ser más consciente de los procesos mentales propios, mantenernos en posición de apertura, dejando de lado el juicio crítico, siendo más flexibles y escucharnos; poniendo en practica esta habilidad psicologica en todas las areas de nuestra vida.
Puede ocurrir que, frente a la incertidumbre de nuestras emociones, nos sintamos invadidos y busquemos una vía de escape en la comida. Lo importante es saber discernir, diferenciando del placer efímero o momentáneo, de lo que es realmente saludable para nosotros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de las consecuencias comunes del sobrepeso y la obesidad para la salud, en las que incluye a:
las enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares)
la diabetes.
los trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones muy discapacitante), y
algunos cánceres (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).
La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad y discapacidad en la edad adulta. Sin embargo, además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.
Lo importante es que podamos tomar la decisión consciente sobre comer saludablemente, y darnos cuenta además de la importancia de establecer límites y reconocer nuestras propias emociones.
La clave para establecer un equilibrio entre mi cuerpo y las emociones (sin recaer en dietas estrictas y poco sostenibles en el tiempo) es entender cómo funcionan nuestros hábitos alimenticios, mantener una alimentación balanceada y completa en nutrientes, lograr un equilibrio entre la ingesta y el gasto energético.
Para poder alcanzar y lograr estos objetivos es importante escuchar las señales de nuestro cuerpo, aprender a identificar emociones y necesidades, abrir la posibilidad de preguntarte qué me pasa, qué siento y qué necesito.
Es fundamental la voluntad propia a la hora de mejorar nuestra alimentación, ya que puede aparecer desmotivación y sensación de desgano y como consecuencia aparece la culpa y sensación de incapacidad. La culpa se transforma en enojo con nosotros mismos ya que nos sentimos incapaces de modificar la manera de comer o de bajar de peso.
Es importante encontrar actividades que te hagan feliz, incorporar nuevos hábitos en tu vida, actividades que te distraigan, te relajen, te nutran, aprender a respetar tu cuerpo y tus necesidades, para lograr un cambio en tus hábitos alimenticios.
En caso de solicitar ayuda a un profesional, la psicoterapia individual ayuda a develar tu síntoma, ya que cada persona va narrando su historia personal e individual, distinta de cada persona.
La psicoterapia individual es un espacio para escucharse, encontrarse con uno mismo y lograr mayor autoconocimiento. Para ellos se establece un vínculo terapéutico entre el consultante y el psicólogo en el cual el profesional funciona como facilitador o guía del trabajo interno que va haciendo el sujeto.
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